Por mi raza hablará el Piporro

Archive for the ‘Monterrey’ Category

Un abrazo

In Monterrey on febrero 8, 2011 at 6:18 pm

Vayan a su jardín, al parque o a un bosque, a un encinal o una nogalera; escojan un árbol que les guste, grande, viejo, saludable. Acérquense a su tallo, admírenlo. Si les nace, pongan la palma de una de sus manos -la que sea, o ambas- sobre su tallo; noten lo que se siente en sus manos, en su pecho, ahí, justo ahí donde se siente la tristeza o el contento.

Si enseguida les nace, digan al árbol lo que quieran decirle, o piénsenlo y, si les nace después, sin miedo, sin pena, abrácenlo fuerte, apriétenlo, cierren los ojos, disfruten de ese abrazo el tiempo que sea necesario.

Después, digan de  mí que estoy loco, si ustedes quieren; pero háganlo, abracen un árbol vivo que les llame a hacerlo… y luego platicamos.

¡Hasta luego!

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Con vista a Monterrey, sin algo más que hacer.

In A veces me da por escribir, Monterrey on enero 21, 2011 at 12:52 pm

La verdad, es que somos partículas de algo más que aún no se descubre. Nos movemos eternamente, aunque estemos quietos y el día no es más que un destello de luz que nos envuelve.

La luz se toca y se siente leve, más que el agua. Juguemos con la luz que ilumina nuestras manos.

EuK
Loma Larga, Monterrey, N.L.
Tiempo de Frío de 2011.

Monterrey

In Monterrey on enero 13, 2011 at 1:58 pm

Alfonso Reyes, sobre Monterrey, citado por don Alfonso Rubio y Rubio:

“todo fue pugnacidad y ceño, duelo del hombre contra el medio. Un río casi seco, más que río camino de pedruscos, se hincha de pronto y produce inesperados desbordes. Monterrey ha sido inundada y reedificada varias veces. Tal es su fatigosa crónica.

Nada ha faltado a su grandeza. Ni siquiera, en los días aciagos de la invasión, la hazaña heroica y el sufrimiento valeroso. Allá se liquidó una etapa de aquella aventura sin gloria que, fuertemente castigada por la defensa regiomontana, prefirió en adelante escoger otras vías de penetración en el país. La ciudad se levanta luego de sus escombros. Pudo quedarse en categoría de campamento irregular, en pintoresca nidada del contrabando como las que cantan y aun exaltan nuestros corridos populares, rindiendo tributo a la virtud elemental del coraje y a la puntería de los rifleros del norte… Pero la excelencia de aquella gente y la atingencia de algunos inolvidables gobernantes acabaron por transformar la ciudad en la segunda capital del país, alzándola hasta la figura ejemplar que hoy ostenta”.
(…)
“El regiomontano, cuando no es hombre de saber, es hombre de sabiduría. Sin asomo de burla pudiera afirmarse que es un héroe en mangas de camisa, un paladín en blusa de obrero, un filósofo sin saberlo, un mexicano sin posturas para el monumento y hasta creo que un hombre feliz. Por cuanto no hay más felicidad terrena que la de cerrar cada noche el ciclo de los propósitos cotidianos, fielmente cumplidos, y el despertar cada mañana.., con el ánimo bien templado para las determinaciones saludables.”

¡Esa es la actitud! ¡Ahí nos vidrios!

Y ahora la Loma Larga…

In Monterrey on noviembre 18, 2010 at 12:21 am

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Imágenes de la Loma Larga (2006, 2008 y 2009), a la altura de Valle Oriente, entre Monterrey y Garza García, Nuevo León.

¿Lo volverán a hacer?

In Monterrey on julio 5, 2010 at 9:45 am

Sería cínico, una sinvergüenzada, que después de lo acontecido en Monterrey con Alex volvamos a ver el lecho del Santa Catarina destinado en su mayor parte a usos distintos al de soportar los caudales intempestivos del río en temporada de lluvias. Pero ¿saben qué? así lo volveremos a ver.

Los ciudadanos tenemos la oportunidad de reconsiderar cuál es el uso prioritario de ese cauce, podemos aprovechar la ocasión de que el canal de estiaje sea ampliado, que tenga mejor capacidad de conducción, que no se autorice de nuevo la instalación de canchas de fútbol en línea transversal a la del cauce del río, que no haya campos de golf con altos firmes que constituyan obstáculos, o enormes carpas que cubran mercados y que luego sirven de represa si el agua supera la capacidad del canal de estiaje. Podemos pensar en rediseñar las vialidades para evitar que éstas desciendan e invadan el lecho seco del río.

Pero aunque los ciudadanos queramos, las autoridades han mostrado ya su necedad al respecto. Pasada esta contingencia, limpiarán el canal de estiaje, dirán que lo que sucedió fue algo «atípico» que difícilmente volverá a suceder, se escudarán en que la ciudad está a salvo de inundaciones por crestas repentinas, gracias a la cortina rompepicos (que ciertamente cumplió su función, pero que sólo nos protege de 14 de los 34 cañones que captan el agua de la sierra) y que eso es bastante para asegurar que el cauce puede ser usado para otros fines durante varios años.

Los inversionistas, por su parte, dirán que operar canchas, carts, tees, mercados y otro tipo de negocios sobre el lecho del Santa Catarina, es rentable, porque si un año sus aguas suben y se llevan todo, 4, 6, 10 años les permiten operar con ganancias suficientes que compensen cualquier pérdida.

Y si Constitución y Morones Prieto sufren daños, y la vialidad permanece colapsada por varios meses, tampoco importa. Vendrá el gobierno federal al rescate, se reasignarán para la emergencia otros recursos del Estado y a la larga el suceso quedará en el olvido.

Así ha sucedido ya 2 veces y probablemente sucederá de nuevo, porque a lo ya dicho, se agrega que si las autoridades no pueden siquiera organizar la salida de esta contingencia, menos aún tendrán capacidad de pensar y decidir lo que se debe hacer para reducir el impacto por tempestades futuras y porque, finalmente, el peso económico de unos cuantos influye más que los intereses colectivos.

No es la primera devastación que el Santa Catarina causa sobre Monterrey, ni es la más fuerte, ni será la última. Otras vendrán, es tiempo de aprender la lección.