Así como dicen que hay fantasmas de las personas ¿los habrá también de las cosas, como la nieve de las montañas?
Voy por carretera nacional, de Linares a Monterrey; a la vuelta de una curva, cerca de Montemorelos, queda frente a mí la Madre Sierra. Levanto la mirada y no lo creo.
Al fondo, detrás de uno o dos filones de la sierra, hay una cima blanca y redondeada, es una montaña nevada. Sin pensarlo dos veces me orillo y me detengo, binoculares en mano (fue pura casualidad traerlos conmigo), apunto hacia aquel filo de la sierra, lo confirmo, está nevado, muy nevado.
Pero acá abajo es una mañana tibia, clara y con sol, por eso mientras sigo mi camino me quedo pensando si es que así como dicen que hay fantasmas de las personas, es que también los habrá de las cosas, como la nieve de las montañas…
Quién sabe, lo que sé es que allá en el centro de la Sierra, lejos de nuestros ojos, sin decirnos ‘aquí estoy’, hay una montaña nevada y que me gustaría saber que ahí estará un buen tiempo, al menos una semana más. Ojalá que Dios le dé a nuestra Sierra muchos inviernos más como éste.