Por mi raza hablará el Piporro

El final de los sueños de mi experiencia regia….

In De aquí y de allá on octubre 15, 2009 at 9:05 pm

Yo vine a Monterrey a luchar por un sueño y lo cumplí. Llegué un sábado con veintitantos años, con mi coche lleno de cosas. No tenía casa, no tenía amigos, sólo tenía miedos e incertidumbres, pero también una convicción: yo quería estar aquí. Desde el estacionamiento de visitantes de la que hoy es mi oficina, en la cima de la Loma Larga, vi el valle de San Pedro, la sierra Madre, y me sentí como un águila mirando el despeñadero, al valle que pretende sobrevolar y reconocer como propio para anidar. Es cursi, es cierto, pero así me sentí y ese mismo día empecé a trabajar.

Luego tuve otros sueños, algunos trascendentales en mi vida, soñé con construir cosas y relaciones; cosas y relaciones importantes y permanentes y me dediqué también a encontrar alguien con quién compartir la plenitud que sentía y, por un tiempo, lo logré. Hoy, puedo decir que aquella plenitud puede haber venido a menos; pero, al menos, tengo alguien a quién legar algo de mí, alguien que lleva irrenunciablemente algo mío y alguien por quien la vida vale la pena. Por lo demás, me queda vida por delante y el mismo ánimo de tener a mi lado alguien a quien amar. Eso también es ganancia.

En general, puedo decir que desde que llegué a Monterrey muchos sueños se me han cumplido; mi cuenta fue por varios años sólo de ganar y, siendo francos, de un año para acá, también me ha tocado perder. Siempre he pensado que la vida es así, que se compensa, que ganas algo y algo pierdes. Y no porque quieras perderlo, sino porque alguien, o algo, o ese Algo que está por encima de todos los algos, dice que así debe ser. Al menos mi vida así ha sido siempre, la de los demás, no sé.

Este fin de semana –cinco años después de mi llegada-, empezaré el comienzo de otro sueño en otras tierras y con ello el final de los sueños de mi experiencia regia.

No me queda más que decir gracias, ofrecer una que otra disculpa o pedir uno que otro perdón. Parafraseando al Ché Guevara, diría que aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos y que dejo también un pueblo que me aceptó como un hijo… Parafraseando a alguien más importante, diría que he peleado una buena pelea, que he terminado el camino y que he mantenido la fe…

Me declaro de conciencia tranquila y de ánimo satisfecho. Lo demás, sigue en manos de Dios.

¡Hasta siempre, Monterrey!

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  1. El sueño nunca termina…ya que aun puedes ir y venir cuantas veces quieras.Mi sueño siempre fue estar en Mty; el destino me llevo a diferentes lugares. Pero aun asi un dia estare ahi.
    Solo se cierra un capitulo de la historia y se comienza a escribir en hojas nuevas…
    Mucha suerte en tu viaje y mis mejores deseos….

  2. Realmente me gusta como escribes, y en cierta forma viví algo parecido cuando me fuí a Queretaro, aunque fué bajo otras circunstancias y otro tiempo. Seguiré leyendote =)

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