«Como cada año en el mes de octubre, la sociedad tamaulipeca sale a nuestras plazas, nuestros barrios, nuestros espacios urbanos y culturales a vivir de cerca y a regocijarse con lo más destacado de la cultura universal que se da cita en nuestra tierra para dar paso al Festival Internacional Tamaulipas. Este festival es para los tamaulipecos, una de las manifestaciones más acabadas y significativas de nuestra cultura.»
Con estas palabras, presentó el gobernador Hernández Flores la XI edición del Festival Internacional Tamaulipas. Enseguida, encontramos en el programa de eventos a Amanda Miguel y Diego Verdaguer, al payaso Raymundín, a las muñequitas Mundo de Corazones y otras finuras que -he de decirte, Eugenio-, no son lo más destacado de la cultura universal, ni tampoco -y no me atrevo a interpretarlo literalmente- lo más acabado de nuestra cultura.
¡Congruencia, señores. Congruencia! Así como no todo lo que brilla es oro, no todo lo que entretiene es cultura, ni todo lo que divierte ilustra, nutre, enaltece, dignifica.
¿O cómo la ven, nos quedamos sólo con aquello de que al pueblo, pan y circo?
¡Se vino el otoño, raza, ahí nos vemos!
Un escenario en que la verdadera cultura esta enriquecida y al alcanze de pocos…mientras que al pueblo pan y circo…
Los «Festivales Culturales» estatales están saturados de vicentes fernandes, cafes tacubas, pablos monteros (si, el cocainómano), pesados y demás grupos musicales.
Con el firme pensamiento de que «Si presento a Yuri juntaré miles de personas, y si presentamos obras de Leonora Carrington, nomás vendrán a lo mucho 200, mejor presentamos a Yuri», mientras más bola haga la gente se verá el interés en el programa cultural y muchos secretarios de estado justificarán su puesto de esa manera.
pfff!!
Peeero, Diego Verdaguer es la neta! que me cante «El Pasadiscos» hahaha